GUIÓN /Radioteatro

Radionovela SIERRAS DE FUEGO

   ¿Cuántos Personajes existen en  “Sierras de Fuego”? ¿Cómo surgieron? ¿Por qué permanecieron o desaparecieron?
Estas preguntas nos han llegado reiteradamente. Aprovecharemos el interés para desarrollar un aspecto interesante del trabajo.
   Son tres las historias de amor que dictaminan los personajes que aparecen. Al acercarnos a sus vidas y circunstancias, quienes los acompañaban como testigos, co-autores, compañeros o adversarios, surgieron indispensables.
   En realidad, como en la trama de la vida, no hay unos más importantes que otros. Todos cumplen su función y tejen el todo. Sí debemos reconocer que algunos personajes permanecen más tiempo ante nuestra atención, dependiendo de dónde hace foco el relato. O a través de quienes se desarrolla la historia. A la manera en que se elige qué  piedras  pisar para cruzar un arroyo. 
   Aunque cueste creerlo, algunos personajes han perdurado en el tiempo por disponibilidad de quien le daba vida, por su disciplina artística, por su predisposición inteligente a los requerimientos de la dirección, por su estabilidad de carácter y por su amor al trabajo.
Una de las ventajas que hemos tenido es que, aunque la historia ya estaba diseñada, a medida que avanzaba la realización, pudimos modificar lo que era necesario, sin necesidad de atentar contra la originalidad y el respeto por la obra.
   De paso, quienes aún hoy dudan si el guión se basó en alguna novela inédita o poco conocida, sepan que la historia se fue haciendo a medida que se realizaba.
¡Hasta uno de los finales parciales de la historia primigenia fue transformado en beneficio de la obra total!
Nunca hubo algún acontecer, por más extravagante o penoso que fuese, que nos hiciera titubear en la realización. Porque, como en la vida, las cosas se resuelven con lo que hay, con lo que se puede y con los que quedan.
   Algunos de los convocados para dar voz a los personajes, son actores, trabajan en locución, tienen programas radiales, son agentes culturales, o figuras con cierta fama y reconocimiento social. Otros no, sólo habían hecho algún trabajo artístico. Otros ni siquiera imaginaban que alguna vez pudieran hacer algo parecido.
Aunque podría pensarse que hubiéramos trabajado más fácilmente con los más experimentados, éste no fue siempre el criterio para seleccionar a un actor, ni para darle  relevancia a un personaje. Ni para darle más “libreto” –como se dice habitualmente.
   Quienes tengan algo de experiencia en la puesta en escena, sabrán de qué hablamos. Vale más una persona responsable y dúctil, al servicio de la obra, que una gran “figura” al servicio de otros intereses.
Entre dos sin experiencia, vale más uno disciplinado que uno con carisma. Entre dos con mucho talento, vale más el que es humilde. Entre dos con excelente voz, vale mucho más el que tiene tiempo para ensayar entre sus muchas ocupaciones. Entre dos inseguros, vale más el que confía en sus directores y se entrega.
Quien todavía no tenga experiencia en reunir personas para crear una Obra del género que fuere, puede tomar estos criterios como seguros para tener menos obstáculos en la tarea.

Aún con todas estas diferencia en el carácter de cada integrante del elenco, todos, invariablemente, se han prendado de la idea de “poder hacer” un Radioteatro, y dieron lo mejor que pudieron. Dimos lo mejor que pudimos. De eso damos fe. Por lo cual debemos estar muy agradecidos unos con los otros.
   Los conceptos de selección que anteceden se relacionan solamente con la fluidez del trabajo, y no con la calidad de las personas.

Un cuestionamiento interesante que llegó a nosotros, en relación a los personajes, es que “los malos no murieron”…
Muy discutible el concepto. Totalmente erróneo. Pero creemos que este tema da pie para otro artículo.



Mercado de Abasto. Ciudad de Buenos Aires. 1920.

















No hay comentarios:

Publicar un comentario