29.10.13

A Sor Juana

Lírica

Si Sor Juana Inés, del Cielo
por instantes descendiera
ya no haría más reproches 
a los "necios" que escribiera.

Miraría con asombro
Cómo sin ver el defecto
Muchas mujeres se venden
por un mendrugo de afecto.
no se venden solo aquellas
llamadas “no respetables”
se venden las que suponen
que no son realmente “amables”.

Con dolor comprobaría
que tres siglos no han servido
para borrar la ilusión:
la libertad es objeto 
que tiene que ser pedido.

Se llora por la opresión,
se sufre la esclavitud,
mas no se quiere dejar
la rosa comodidad
a cambio de la virtud.

Y tal vez al contemplar
la paradoja tremenda
de las que eligen llevar
por cobardía una venda
en los ojos de sus almas
para no ver las esencias,
escribiría un Soneto
que empezaría con “Necias”.

















Buenos Aires, 1987.

Ofertorio

Lírica
(Algunas rimas sobre la perfección irreductible del amor 
y la realización reductible del deseo)

¿Qué ocurre, Señor del Cielo,
que cada vez que le veo
mi corazón queda abierto
como pimpollo,  sin velo?

¿Qué ocurre, que me parece
que hay un río caudaloso
que no cesa y siempre crece-
entre el seno de mi alma
-que se goza y estremece-
y su persona de hombre
donde un ángel amanece?

¡Oh, mi Dios! ¡Qué extraña cosa
nos acercas a la vida:
fascinante como rosa…
como abismo, por temida!

Señor, yo no puedo nada
si no amas Tú desde mí.
Nadie  tampoco amaría
si Tú no obraras allí…

Allí donde el ser es uno
Contigo. Como Agustín,
yo siento que estás más hondo
que lo más hondo de mí.

No me dejes ser cobarde,
dame el valor de sentir
cómo amor en mi ser arde,
¡ya no te quiero mentir!

Y si acaso no merezco
Que a quien amo no me ame,
tenme en tu Luz si perezco.
¡Tu consuelo, Señor, dame!

Lléname de tu entereza,
se tu inmensa comprensión.
¡Que no nuble la pureza
de este amor, ni una pasión!

El secreto honor viviente
de amar aunque no sea amada,
no es angustia, es llamarada
de un rojizo sol poniente…


Aunque la noche viniera
 con soledad conocida,
sé que habrá otro amanecer
en el cielo de mi vida.

Y si no conquisto el gozo
de amar como Tú, Jesús,
dame el alivio infinito
de contemplarte en la cruz.
 
 














Buenos Aires, 1987.

26.10.13

Vocación


Ahí donde estás ahora.
Cueva. Madriguera. Caverna.
Gruta. Garganta. Hueco.
Altillo. Sótano. Nido.
Bajo el océano, 
o sobre las constelaciones.

Donde colás, amasás, cocés,
derretís, destilás, filtrás,
desmenuzás y re creás,
tiene que llegarte el anuncio.

Allá afuera
donde las ramas dan frutos,
las máquinas funcionan,
y los sistemas se prueban,
están necesitando
urgente

Tu Escrito.