Si Sor Juana Inés, del Cielo
por instantes descendiera
ya no haría más reproches
a los "necios" que escribiera.
Miraría con asombro
Cómo sin ver el defecto
Muchas mujeres se venden
por un mendrugo de afecto.
no se venden solo aquellas
llamadas “no respetables”
se venden las que suponen
que no son realmente “amables”.
Con dolor comprobaría
que tres siglos no han servido
para borrar la ilusión:
la libertad es objeto
que tiene que ser pedido.
Se llora por la opresión,
se sufre la esclavitud,
mas no se quiere dejar
la rosa comodidad
a cambio de la virtud.
Y tal vez al contemplar
la paradoja tremenda
de las que eligen llevar
por cobardía una venda
en los ojos de sus almas
para no ver las esencias,
escribiría un Soneto
que empezaría con “Necias”.
Buenos Aires, 1987.